La silla se hace muy pesada, como que me jala hacia el fondo, al centro de gravedad, hasta el cuello me pesa, no quiero voltear, en mi recae la fama de un falsificador.
Cómo que no queriendo, “no se cree capaz de convencer a los demás”, a una persona si quiera, de que puede ser mejor opción que lo que ha demostrado no ser “lo ideal”.
Seamos nuestros pupilos, a andar juntos, tu no tienes nada que perder, yo no tengo nada que perder.
Formemos un ovillo entre tu y yo, que yo saldré a defenderte y sé que tu pelearás por mí, juntos nadie podrá detenernos y juntos podemos hacerlo.
Y girando sabremos, y girando sabremos.
¿De qué manera te gustaría que me acercará a ti? ¿Cuál es la duda? ¿Por qué no preguntamos? ¿Por qué escribo esto?
¿Hacía dónde voy? ¿Llegaré a alguna parte?
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