jueves, 15 de noviembre de 2007

Choro largo para decir Adiós.

Y aquí estamos otra vez publicando para Casos perdidos, esta vez me tomé la libertad de preparar una historia corta o cuento largo, o como quieran llamarle para el blog, los amigos de hi5 que hayan seguido el link solamente tiene que remitirse a la parte IV y ahí empieza a la mitad del "versículo" dónde se quedaron: la historia es la que sigue:


Adios Amor, Adios.
*Mi Ana, El Día de Roma por ti .

I
Allá, por eso del año 2003 mis ideas eran todas borrosas, el mundo, creo, no se había completado como ahora sé que lo está, me acuerdo que había una gran incertidumbre por saber a lo que mi vida habría de llegar, claro, segundo semestre de una carrera que más que prometer, me aseguraba que me las iba a ver negras a la hora de querer llevarme algo a la boca.

La experiencia es como estar dormido, y una y otra vez llegaban a mí esos "flashazos" de la mujer ideal, esa que no existe y que me cansé de buscar hasta pasada la segunda mitad del año 2006, pero esa es otra historia.

Ana se llama, y creo que nunca más la volveré a ver, era una clásica niña que no sabía lo que buscaba; cuando llegó a mi pensé, "por Dios, quien permite que alguien así, con esa autoestima gris y con carácter de "no hacer nada" en la vida pise un lugar como este, una universidad"

II
Eran las doce y media de la madrugada, nada tenía sentido, ¿Por qué alguien no podía dejar de pensar en otra persona aún cuando los dominios de Morfeo están tan extendidos? "no sé" pensé, pero ya por el hecho de pensarlo lo hace a un una especie de esquizofrénico sin voz ni voto, a merced de los designios y de las malas jugadas del inconciente a tan impávidas horas, "de seguro no es ella, ha de ser la niña pálida con mirada pérdida" "Sí de seguro, se me ha quedado viendo como si tuviera algo que darle", pensé, pero me equivocaba.

Mis expectativas no iban muy lejos en aquél entonces, sólo me interesaba conocer gente, a lo sumo, hacer amigos, y así es como uno inicia por lo general una aventura: no se tiene por completo nada, todo lo anterior se fue, se olvido, se quedó guardado en el baúl de los recuerdos del que alguna vez saldrán destellos. Quizás, lo único que se recuerde es el porque se dejaron todos esos objetos, algunos de deseo, ahí guardados, sumergidos, en una cámara criogénica, a la espera de la más diminuta chispa para salir y saltarte en la cara. Por lo general, no dejó que eso me pasé, pues sigo la filosofía lennoniana, "Santo que no es visto, no es adorado". Sin embargo, siempre, hay una excepción a la regla, y uno en esas circunstancias la paga caro.

III
Cómo en una canción del legendario Lennon "Nadie me dijo que esto sería así", la verdad, creo que nadie está preparado nunca para su primera amor, este solamente llega y ya, es como las visitas inoportunas de la tía que más odiamos ¿O no? ,considero que es básico para todos comprender este concepto "Las cosas buenas, en el ámbito afectivo, salen de la nada", si se planean, estás frito, porque nunca te salen como quieres, o alguien me va a refutar, ¿Cuantas veces quisiste, ya no digamos a invitar, si no solamente insinuarte a la mujer que te robaba suspiros en la escuela y buscaste el momento perfecto? Creo que nunca se dio ¿verdad?, lo que si se daba con frecuencia es que te dijeran cosas como "Eres muy lindo" "Eres diferente a los demás porque te acercas sin querer ligar" y ese tipo de "marranadas" que son más bien artimañas de una mujer que se sabe deseada, pero que no sabe hasta que punto, o más bien si lo sabe, pero quiere ser selectiva del por quiénes se ha de dejar desear, esto se traduce, mi querido amigo de chaquetas intensas, en "gueyes" con varo y caritas si se puede, aunque esto último es prescindible si "caes" como un idiota rendido a los pies de la fulana en ocasión, porque esas fulanas son así, de ocasión, solamente te quieren para saber cuan pendejo eres y hasta cuanto les puedes dar sin que ellas suelten prenda, o hasta cuando el "pendejo" se cansa y después de un breve forcejeo la manda al cuerno. Ese tipo de mujeres, por lo general acaban con el primer "guey" que se siente más chingón que ellas pero que les ofrece mucho menos que el último "guiñapo" al que éstas estafaron, para después de muchos años decir " de debí de haber casado con fulanito, era más feo pero me daba lo que quería", y porquerías de esa índole, propias de las mujeres más interesadas del planeta.

IV
Hoy con los ojos casi perdidos podría escribirlo todo, hacer cuestiones filosóficas de perversas conjeturas que mantuve casi todos estos años, algunas las han refutado las mismas mujeres que las formularon, o más bien que me las hicieron formular, una de ellas era "Nunca voy a salir con una persona gris", porque para mi y para muchos el gris es el color más feo, el gris es el color de la vida al borde de su ocaso, y, al menos para mi es un color aburrido, de esos que como ya se van a extinguir, no les interesa nada salvo la muerte y, en algunas ocasiones, llevarse a alguien entre las patas.

En ese entonces era la persona más prejuiciosa del mundo, aún por encima de la bruja del "chavo", Carmelita Salinas, Fabián Lavalle, vamos, más que Gerardo Alfaro, porque pudiera decirse que más que "Con todo", me aventaba a destruir y desmembrar a una persona, hasta quitarle sus patas como si de un insecto se tratase, al momento de que ésta caía en las redes de mi mente. Por ejemplo, la gorda "clásica", esa de facciones aniñadas que se sentaba en el pupitre contiguo, por el hecho de estar gorda y tener una foto de Ricky Martín en su cuaderno era digna de toda mi repugnancia, era un gorda con amores imposibles, una obesa que piensa que su amor imposible llegará un día y de buenas a primeras le llegará con un ramo de rosas y le declarará su amor por encima de todo sin siquiera apenas conocerla; en pocas palabras, una estúpida, creía "Cómo de buenas a primeras alguien te va a decir que eres el amor de su vida sin si quiera haber cruzado palabra con antelación, y además un "carita" que lo único que busca es un buen "cuerpecito" para apaciguar sus tenciones", así de parcial era, y creo que lo sigo siendo de algún modo, aunque la vida cambia.

Ser gris no era su principal defecto, sin duda que tenía otros a mis ojos de adolescente materialista, no tenía buena pinta de querer ser cortejada por algún hombre, es más se juntaba con puras mujeres, a las cuales únicamente se remitía, y hacía caso omiso de mi presencia, tal vez porque era lo suficientemente "pequeño" para ella o insignificante. Aquello era confundido de mi parte como la más grande "pedantería" desde que se inventó ésta, pensaba "¿Cómo puede ser ignorado un tipo de 1.90 mts, y que calza del 30 en un salón de poco menos de 10 x 10 metros? un misterio.

V
Sencillamente no lo podía creer, aquél brillo en sus ojos, esa mirada fija que lo dice todo y a la vez nada, ¿En qué me había metido? pensé, y no era otra cosa que en un mundo en donde todo es paz y tranquilidad, no hay cabida para el dolor, no hay lugar para el sufrimiento, por primera vez en mi vida, todo lo podía ver claramente, esos labios, ese pelo, todo era traslucido, mi mirada podía ver todos los movimientos, mi cuerpo y el de ella eran como una pieza de engrane grande con otro chico, todos mis sueños, por fin se podían hacer realidad. Y después de eso, un beso, un tierno beso pero con fuerza, para amarrar cada detalle en la memoria de mi cabeza.
Aquel día, era un día frío, de esos de principios de noviembre en los que el frío te cala hasta los huesos si no llevas algo puesto. Pensé entonces que se me hacía muy tarde, hace apenas unas horas había estado con Ana, fuimos a ver una película, uno de esos documentales de denuncia gringos tipo Michael Moore, pero este con humorismo, no es que no me guste Moore, sólo que los suyos tiene un cierto aire "izquierdoso" desordenado que a algunos fascina y a otros cansa por ser un recurso ya muy usado.

Se me había olvidado recordar que hacía apenas unos días Ana y yo éramos un par desconocidos, ella con sus "amiwis" y yo por mi lado, poco a poco comenzó la conversación, sin siquiera darme cuenta, un buen día hablé sobre lo que pensaba de la carrera y mis expectativas de chamba saliendo de ella con Marianela, una de sus amigas, después como por arte de magia parecía que había dicho un conjuro o algo así, la niña de piedra abrió los labios y con un aire muy tranquilo y meditado dio sus opiniones de las cuales al finalizar dijo: "Creo que eres una persona interesante que sabe lo que quiere", y ahí empezó el juego. Le llamó a si porque me recuerda en gran medida el accionar de las niñas de secundaria cuando le quieren ayudar su amiga a conocer al galán; ya saben, te rodean te hacen preguntas y empiezas a ver que hay lazos en común el uno con el otro.

VI
Fue una tarde memorable, por primera vez alguien aceptaba estar tomado de la mano conmigo, era como si todos esos años en los que creí que difícilmente algún día llegaría a ese punto (no por considerarlo ñoño, sino por mi supuesta fealdad), se hubieran esfumado y ambas palmas de las manos se pidieran una a otra sin medir y sin importar el tiempo y el espacio.
No sentí miedo, sentí felicidad, sentí un temblor, sentí amor y así como bien pudimos despedirnos ese día para nunca volvernos a admirar de esa forma, se convirtió en un idilio que duró unos cuantos meses, pero que marcó mi vida permanentemente.

Así llegó la noche, y esa noche, aún no lo sabía yo, iba ser la que hasta el momento es la mejor de mi vida; no es que esté diciendo que me entregué a un amor carnal con ella, lo que sucedió fue que comprendí que hay algo más que eso que las revistas de caballeros tienden a llamar SEXO, yo, a eso lo llamo, deseo. Cuando la vi en medio de una calle oscura, apenas un leve tenue de luz encima de ella, supe que era la mujer más hermosa que se había interesado por mi, y ahí estaba, ojos brillantes y serenos, labios carnosos, una pinta que difícilmente se puede volver a repetir y mucho menos preparar para alguien.

Pero además de mi deseo por estar con ella surgió "la inquietante", comprendí que podía uno, en el momento dado y si quisiese, juntarse con alguien y ser ese compañero de por vida, era mi primer cita con Ana, y sin embargo, surgió esa esperanza lejana en mi, era como si toda esa confusión que tuve años atrás de repente llegará la tecla de ayuda y me explicara de la manera más simple la solución a ese algoritmo.

Llegamos a un lugar lúgubre, una atmósfera digna de discoteque de mala muerte, y ese lugar de cierta forma lo era, ni un solo mueble, un micro-escenario, una batería, un cuarteto de tipos que "deleitarían" con un sonido conocido por mi desde hace ya muchos años, que se llama ahora Surf, para mi, "Los Venturosos" habían resucitado en una pila de instrumentos musicales desgastados de esos cuatro tipos.

Ella bebió unas cuantas cervezas, yo no pude tomar nada no por mi convicción de no beber, si no más bien por lo embriagado que me encontraba con su belleza, y así, escuchamos un par de canciones al más puro estilo venturosísimo como no se había escuchado en la faz de la tierra en, digamos, ¿unos 40 años?. La música no era lo mejor, lo excepcional era que Ana y yo, a medida que pasaban de una canción a otra nos acercábamos más y más, y era como una especie de simbiosis entre ella y yo, mi cuerpo pedía el de ella, el de ella pedía el mío.

Llegó el momento, un momento raro, un momento lento, un momento lleno de todos los sentimientos que había tenido en vida, la ira y la felicidad y todas sus tonalidades cruzaron mi pensamiento como una ráfaga de viento. Sentí una necesidad de cerrar ese trato de una vez por todas, y entonces, la primera embestida, "Chin, no se dejó", pensé, "¿Lo querrá tanto como yo?", por fin pude ponerme de acuerdo con mi cuerpo y me incliné sobre de ella, ella permaneció ahí, nuestro pensamiento se cristalizó con un beso, un beso largo, un beso fuerte con pasión, el beso más dulce, delicioso y excitante de mi vida, temblé, no de miedo, si no de poder comprobar que la vida guarda tesoros tan valiosos como ese, de hecho sigo creyendo que por momentos así, la vida vale la pena.

VII
Hay caminos tan diversos, algunas veces he sentido que básicamente toda la vida, o toda tu vida es una gran decisión derivada de las decisiones que tomas cada día. Lo mismo pasa con cualquier relación, una cosa, un detalle, el más mínimo te puede llevar a lugares insospechados, puedes pasar de la miel a la hiel de un segundo a otro y; alguno que otro lento, como su servidor, ni darse cuenta de lo que te está pasando alrededor. Tal vez por eso, en nuestro ir y venir de peripecias, Ana y yo tuvimos momentos muy buenos, momentos magníficos, momentos de esos en los que piensas en que la vida es vida y no te sientas a escuchar una canción como "Quiero" de Ely Guerra, que te deja sin deseos salvo ser una fusión con tu amor, lo más importante.

Por el contrario, también había momentos malos, pero esos al principio parecían no importar demasiado pues constituían la médula de la retroalimentación amada-amado. Así pasaron los siguientes seis meses, meses en que todo lo bueno parece ser posible, en los que con solo salir a la calle parece que vuelas entre la selva del asfalto. Y ahí estaba yo, no importaba el smog, o la grasa de las garnachas de Taxqueña hirviendo todas las mañanas mientras los locatarios de los puestos de comida limpian sus recipientes, un olor tan fétido, sin pulcritud y ultrajante, minimizado al máximo por la tenue fragancia del amor.

Seis meses, no más, el tiempo de vida de algo que si va a cuajar dura una gran parte de tu vida, sino, se diluye con el agua, pero es peor aún, esto, no deja rastro.

Un buen día uno entiende que la vida no puede ser de color de rosa, que las relaciones humanas son un complejo vitral, que entre más te adentras, más hay que ver; muchos de nosotros los seres humanos no nos atrevemos siquiera a ver la primera parte de este vitral, algunos es por flojera, algunos porque no les gustan las empresas duraderas; lo que ellos no se fijan sin duda es que éstas son las que al final te dejan más satisfecho y dejan mejores "dividendos" hablando al puro y seco estilo administrativo.

Sin embargo, hay otro tipo de personas que no se atreven a ver un poco más detenidamente el vitral, su causa, es una de las cuales causa mayores parálisis en la vida de una persona durante toda su vida, se llama miedo, y este miedo puede ser por muchísimas razones las cuales no voy a decir aquí, vasta solo con decir que eso fue lo que al final, y tras una serie de descortesías y chismes, a Ana y a mi nos separó.

Como podrán ver, no he podido desahogarme, cometí muchos errores, muchas tonterías, esa es la verdad, el creer que se sabe todo puede ser la tumba de cualquier persona a cualquier edad, y eso fue lo que me destruyó, todavía hasta hace un año, no podía dejar de culparme, pero creo que con ello no soluciono nada y sí amargo cada día más mi existencia, a ella lo único que puedo hacerle es pedirle perdón, así, de forma espiritual, porque sé que jamás en la vida podré sostener alguna conversación con ella de nuevo, porque en gran medida fue mi culpa todo esto.

Atrás debo dejarlo, y subirme a otro juego, no más rápido, no más sencillo pero a un par de años de esto, es momento de decir Adiós, siempre te llevaré en mi corazón, Adiós, mi primer amor. Adiós para siempre.

FIN...

Y he aquí una bonita rola:

http://www.youtube.com/watch?v=rvBQXZLXarA&NR=1