domingo, 29 de enero de 2012

Otoño del 2004

En el otoño del 2004, todas mis expectativas fueron superadas, estábamos ahí, sin que yo me lo esperara, sin nada que me anunciara, que tú y yo nos íbamos a dar la oportunidad de ser.

En noviembre del 2004, hubo un frío inusual, una tormenta que nos golpeó cual casa sin cimiento, no era cuestión de esparcimiento, era un efecto sorpresa que a mi me privó de ver la realidad y a ti la oportunidad de verme tal cual era.

En esa noche de otoño del 2004 sólo éramos tu y yo esperando, tu querías que no acabara, yo no sabía que debía de hacer, ahora sé que sólo tenía que dejarme llevar, dejarme agarrar por tus manos delgadas, ser libre, ser tu hombre, me lo pedías a gritos y yo nunca los pude escuchar.

Ese otoño del 2004, yo no lo sabía, iba a ser y es hasta ahora el mejor de mi vida, ese espacio en el que las cosas imposibles se hacen realidad, esa magia que aún no vuelve y quizás no lo haga nunca más, esa ocasión única en la vida de la gente en la cual no somos conscientes de lo mucho que hay que valorar, reflexionar, aprovechar.

Desde ese otoño del 2004 te amo y no te he podido olvidar, es ridículo, lo sé, esto es como una terapia para que ya no siga deseando y pensando que lo tuyo y lo mío es posible, es la oportunidad que me estoy dando de dejarlo atrás, por favor, déjame ir, ¿Que no te has dado cuenta que ya no volverá jamás?

Debo continuar sin ti, lo sé, pero como le hago para dejar esa voz de lado, despertarme y seguir haciendo mi vida, sigo pensado que te necesito más que nunca, y más que antes sé que no es posible, pues desde ese otoño del 2004 me equivoqué y te deje ir para siempre ¿Como voy a ser feliz sin ti? No me enseñé a superar eso, no sé como hacer eso.

Ya no quiero volver a escribir sobre de ti, ya no quiero pensar en ti, ya no quiero recordar ese otoño del 2004.





No hay comentarios:

Publicar un comentario